¿Qué es el virus de Marburg?
Buenos días, queridos lectores de Curiosity. Revisando mis posts, me he dado cuenta de que aún no había subido nada relacionado con la salud. ¿Qué les parece si le dedicamos a esta temática el post de hoy?
Hace algunas semanas, escuché en el noticiario que hablaban de un nuevo virus, el virus de Marburg, y naturalmente, después de todo lo pasado con la pandemia de Covid (un virus que sigue ahí, aunque ya no llevemos las mascarillas), me suscitó curiosidad, así como la primera vez que se habló de la viruela del mono (hablaré sobre ella en otro post). Acompáñenme; descubriremos juntos que es eso del virus de Marburg y si debemos alarmarnos.
¿Qué es el virus de Marburg?
Su nombre proviene de un fuerte brote que tuvo lugar en 1967 en Marburg y Frankfurt (Alemania, 7 fallecidos) y en Belgrado (Serbia), a través del contacto con tejidos importados del mono verde africano, los cuales estaban siendo estudiados en un laboratorio.
Esta enfermedad tiene una tasa de mortalidad que oscila entre el 88% y el 24%, ya que depende mucho de los cuidados que reciban los enfermos, y hasta ahora, si bien se han hecho diversas investigaciones para tratar de encontrar una solución, no existe una vacuna con una eficacia clínicamente probada.
El 18 de julio de 2022 se confirmó en Ghana un brote de este virus al dar positivo en las pruebas para el virus 2 personas a principios de mes, lo que llevó a la medida preventiva de poner a 98 personas en cuarentena hasta certificar que no estén contagiadas, pues eran sus contactos estrechos. Estos pacientes fallecieron recientemente.
Según el periódico BBC, ya hubo otro brote anterior, el año pasado, que se consideró acabado en septiembre. Las autoridades sanitarias rápidamente actuaron, y la OMS está movilizando recursos, ya que es una enfermedad que puede descontrolarse muy rápidamente si no se atiende desde el primer momento.
¿Cuáles son sus síntomas?
El periodo de incubación de la enfermedad oscila entre los 2 y los 21 días. Los síntomas son muy parecidos a los del Ébola, consisten en:
- Fiebre alta que empieza bruscamente desde el 1er día, hasta incluso 40º.
- Cefalea fuerte.
- Dolores musculares.
- Malestar general, se documenta que los infectados tienen un aspecto "fantasmagórico", con los ojos hundidos y un aspecto de aletargamiento extremo.
- Vómitos, al 3er día de la enfermedad.
- Presencia de sangre en las heces o vómitos.
- Diarrea, al 3er día de la enfermedad.
- Sangrado por la nariz, encías o vaginal.
- Hemorragias internas, entre el 5º y 7º día de la infección.
- En algunos casos, orquitis (inflamación de uno o ambos testículos) en la fase tardía de la enfermedad, alrededor del 15º día.
- Debido a las hemorragias y a las altas fiebres, el sistema nervioso puede verse afectado, pudiendo llegar a causar la muerte por shock.
- La afectación del sistema nervioso puede producir confusión, agresividad e irritabilidad.
Actualmente, no se conoce una cura para el virus de Marburg, aunque pueden aliviarse sus síntomas mediante continua hidratación oral o intravenosa y transfusiones para recuperar la sangre perdida. Se han hecho estudios para sacar unas posibles vacunas, llamadas Zabdeno y Mvabea. Esta última contiene un virus modificado para expresar la proteína del virus del Ébola y otros tres más de la familia de los filovirus. No obstante, a pesar de que ya en 2020 la Agencia Europea de Medicamentos concedió la autorización de comercialización de estas vacunas, no hay suficientes ensayos clínicos que avalen su efectividad.
¿Cómo se diagnostica?
- A través de test de antígenos, parecidos a los que detectan la presencia de Covid en el organismo.
- A través de una prueba de inmunoadsorción enzimática (ELISA, capaz de detectar cantidades muy pequeñas de anticuerpos de forma rápida).
- Aislamiento del virus en un cultivo celular.
- Microscopía electrónica.
- Prueba de seroneutralización, algo menos eficaz que la ELISA.
- Reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (detección del ADN del virus a través de la unión de la enzima transcriptasa con una hebra de ARN. Esta se convierte en ADN complementario, y el resultado final se amplifica en una PCR convencional. Muy efectivo incluso con pocas cantidades de ARN presentes en la muestra).
- Prueba de seroneutralización.
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