¿De qué están hechas las bolsas de gel de frío- calor?

Saludos, queridos lectores. Todos hemos tenido alguna vez un golpe, o caída, o simplemente algún dolor de estos insistentes, como el de cabeza o el menstrual, y seguro que al menos una vez en nuestra vida hemos usado una bolsa de gel de frío calor. Pero, ¿alguna vez se preguntaron de qué están hechas? Y, ¿sabían que se pueden hacer bolsas de "gel " caseras?

¡Vamos a verlo!

El gel de las bolsas. 

Dependiendo de si el punto de congelación de este gel está en 0 ºC o por debajo de esta temperatura, la combinación de ingredientes cambia, pero en general se trata de colorantes, para darle un aspecto más vistoso, sales minerales (mismamente el cloruro sódico, hidroxietilcelulosa, poliacrilato de sodio o sílice recubierto de vinilo) que ayudan a transmitir la temperatura del gel al cuerpo y permiten que el gel sea maleable incluso al sacarlo del congelador; también suelen llevar conservantes y otros componentes como el agua o la glicerina

Lo que se busca es obtener un producto maleable, que aguante temperaturas tanto frías como calientes y no haya riesgo de quemaduras (de todos modos, suelen venir en la misma caja con una toalla para cubrir la bolsa). Lo mejor de estos geles es que son biodegradables y no tóxicos, es decir, si entran en contacto directo con la piel no es dañino, aunque no conviene ingerirlos. Tampoco se debe desechar el gel por el desagüe, ya que puede atascarlo, pero no habría ningún problema con tirar la bolsa en la basura del plástico una vez decidamos desecharla. Aún así, el material exterior, que suele ser nailon o plástico, es increíblemente resistente, y no se perfora con facilidad.

¿Y si no me puedo permitir una bolsa de gel, o no sé dónde comprarla? En realidad es fácil de adquirir en cualquier farmacia, y al menos aquí en Vigo, también en tiendas de curiosidades como Flying Tiger, aunque si de todos modos queremos intentar hacer nuestras propias bolsas, solo necesitaremos una bolsa de autocierre (del tamaño que queramos), agua y alcohol isopropílico (el de curar las heridas), en proporción de 1 medida de alcohol por cada dos de agua. Lo ponemos todo junto en la bolsa y cerramos bien sin que quede aire, y ya estaría listo para congelar.

Otra receta, para los que no tienen alcohol en casa, es juntando en la bolsa 1 cucharada de sal y una taza de agua, e incluso si no se quiere recurrir a los ingredientes de la cocina, se pueden hacer con champú o gel antibacterial. Lo importante aquí es que, al meterlos en el congelador, el punto de congelación es inferior al del agua dulce, así, se mantendrá maleable como el gel. La única pega es que estas bolsas caseras no se pueden calentar, pero para un apaño un domingo a la noche que nos duele algo demasiado y no aguantamos más, estaría ahí en el congelador sin ocupar demasiado espacio. 

¿Se animan a hacerse unas bolsas de frío? Déjenme su opinión y sugerencias en los comentarios para poder saber de ustedes y si les gusta mi contenido, ¡nos vemos la semana que viene con más y mejor!

Webgrafía: Información obtenida de las páginas Feel Recovery (https://feelrecovery.com/es/bolsas-gel-frio-calor/hechas-a-mano/), Fleming SA (https://www.fleming-sa.com/producto/compresa-de-gel-frio-calor-fleming-12x25cm/#:~:text=Caracter%C3%ADsticas%3A,5%20x%2024%2C6%20cm.), Clinimark (https://www.clinimark.es/producto/bolsa-gel-frio-calor-reutilizable/) y Muy Fitness (https://www.muyfitness.com/como-preparar-un-gel-anestesico_13152586/). Imagen obtenida a través de Canva. 

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