¿Por qué duelen las piernas cuando crecemos?

Saludos, queridos lectores. ¿Alguna vez se han preguntado por qué los niños parecen crecer después de haberles dado fiebre?, o ¿por qué les duelen las piernas en el proceso de crecimiento? Yo aún recuerdo como si fuera ayer esos dolores, punzantes, casi como las agujetas que me recorrían las piernas y no cesaban aunque cambiara de postura, en especial por las noches. 

Pues, si bien los médicos no han llegado a un consenso sobre si se trata de mito o realidad, parece ser que hay algunos motivos que podrían explicar ambos fenómenos.

¡Vamos a verlo!

¿Por qué duele crecer?
En principio, crecer no debería resultar doloroso, pero paradójicamente, existen lo que conocemos popularmente como dolores de crecimiento. Estos suelen darse en la parte delantera de los muslos, detrás de las rodillas y en los gemelos, y son dolores punzantes que, así como vienen, cesan al día siguiente sin necesidad de tratamiento. Suelen darse sobre la tarde o la noche, y a veces pueden impedir el sueño de los pequeños.
Aunque no hay un tratamiento, a veces es necesario (o al menos sería buena idea, si el niño o niña no puede dormir) aplicar algunos remedios caseros, tales como masajes en las piernas o compresas calientes. En el peor de los casos, y siempre que sea mayor de 12 años, podría ser necesario administrar un analgésico oral, como el ibuprofeno o el acetaminofén. 
En general, no debería ser alarmante, siempre y cuando no se aprecien signos de hinchazón o rojez en las piernas, fiebre o malestar.  
Aunque no existe acuerdo, algunos creen que estos dolores se deben a las tensiones ocasionadas en los músculos por los huesos en crecimiento, aunque podría deberse a otras causas, como un exceso o cambio repentino del ejercicio físico habitual (las llamadas "agujetas") o algún golpe o torcedura, de ahí que sea importante estar pendiente de otros signos físicos.
También puede ser fruto del malestar general asociado a cualquier enfermedad, en especial si esta produce fiebre. Y es que, tal y como se suele creer, la fiebre puede ocasionar crecimiento, los comúnmente conocidos como "estirones".
Esto se debe a que la hipófisis, que produce la hormona del crecimiento, la somatropina, aumenta su producción durante las horas de descanso, pero también se estimula durante los procesos febriles, debido a la alta temperatura. Eso, unido a que ese malestar que sentimos nos va a hacer pasar más tiempo acostados, se traducirá en un estirón, que si bien es motivo de ilusión para los pequeños que cada vez se ven más altos, igual no lo es tanto para sus padres, que van a tener que renovarles el armario. 
¿Qué les ha parecido esta curiosidad? Déjenme su opinión en los comentarios, y no duden en hacerme sugerencias de nuevas curiosidades que pudieran surgir; ¿quién sabe? ¡Puede que la curiosidad de la semana que viene sea la suya! 
¡Hasta otra! 

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