¿Cómo se hacen los códigos Qr?

Saludos, queridos lectores. ¿No les ha pasado alguna vez que, con esto de la pandemia, de repente se han llenado todos los locales de códigos Qr y en alguna ocasión el móvil no los detectaba? Además, hay personas, como los mayores, que no se entienden demasiado bien con la tecnología, y si bien tener las cartas de los restaurantes, horarios de autobús... en código Qr es beneficioso en tanto en cuanto no andamos toqueteando los papeles y pasándolos de mano en mano, para las personas mayores o aquellos que el móvil no tiene para leerlos supone una barrera. 

Pero no nos queda de otra que admitirlo: el futuro ya está aquí, y algún día toda la información a la que hoy accedemos en papel estará, de alguna manera u otra, en formato digital.

Siendo así, ¿nunca se preguntaron cómo se hacen los códigos Qr?

Pues, ¡vamos a verlo!

¿Qué es un código Qr?

Lo primero de todo es definir aquello de lo qué estamos hablando. Un código Qr es una evolución, por así decirlo, de los códigos de barras que llevan con nosotros toda la vida en nuestro carrito de la compra. Su nombre viene del inglés "quick response", y mediante el uso de los mismos se puede almacenar diferente tipo de información, como la carta de un restaurante, los horarios de un autobús en tiempo real... 

Aunque no lo parezca, este invento no es tan novedoso... Se creó en 1994 por la compañía japonesa Denso Wave, y su idea era utilizarla dentro del sector automovilístico para facilitar el acceso a la información, ahorrándose el proceso de tener que escribir largos y enrrevesados enlaces, pero muy pronto pasó del sector industrial hasta el público en general.

Para ello, hay que tener en cuenta qué tipo de Qr queremos crear, ya que pueden ser estáticos (que no se les puede cambiar la información una vez impresos) o dinámicos (que conectan con una URL y modifican la información en tiempo real, como el ejemplo que puse antes del horario de autobús). En este caso, no te dirigen a un documento pre formado, si no a una página web. 

Las ventajas que conlleva es que permiten almacenar mucha información en muy poco espacio: una vez impreso, es poco más que una pegatina, que puedes pegarla donde quieras y facilitar la difusión de aquello a lo que se pretende dar visibilidad. Es más, ni siquiera sería necesario imprimirlo, ya que igualmente se puede escanear un código Qr desde la misma pantalla del móvil. Otra de sus ventajas es la rapidez con la que permiten acceder a la información, sin necesidad de buscar entre diferentes URL o imágenes: directamente llegamos a lo que queremos. Es especialmente ventajoso para los jóvenes que se buscan entre sí en las redes sociales: en vez de buscar el nombre de esa persona entre miles de perfiles que te puede sugerir esta red social, solo escanea el código Qr de su perfil y directamente te dirige a su página para que puedas seguirlo. 

Pero también tiene sus desventajas, y es que, más allá de lo referido al principio del post con respecto a las nuevas tecnologías y el saber usarlas, el código Qr no nos permite saber, hasta que lo escaneamos, a qué tipo de información vamos a acceder, por lo que nos exponemos a descargar virus y otros archivos maliciosos. 

Hoy en día pueden encontrarse en la App Store tanto aplicaciones para escanear estos códigos que te avisan si sospechan que podrían ser malignos, como otras que nos permiten elaborar nuestros propios códigos a partir de fotos, archivos o enlaces, de manera rápida y sencilla.  

¿Les pareció útil el post de hoy? Déjenme su opinión y sugerencias por los comentarios, y si tienen alguna corrección que hacerme, no se corten: eso me ayuda a mejorar.

¡Nos vemos la semana que viene con más!

Webgrafía: Información obtenida del blog Hubspot ( https://blog.hubspot.es/marketing/como-crear-un-codigo-qr) y la página Xataka ( https://www.xataka.com/basics/que-es-un-codigo-qr-y-como-leerlo-con-el-movil). Imagen obtenida de Pixabay. 

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